La palabra RAÍCES inspira multitud de ideas y conceptos: Creencias, sustento, supervivencia, costumbres, ancestros, religión, herencia o crecimiento personal, valores, estabilidad, compartidas con la sociedad, cuestionamiento en la madurez, crecimiento sano y robusto, bases, eliminación de los desechos, necesidades básicas…
Los rizomas de todas las plantas, arboles, arbustos y flores del bosque, se unen bajo la tierra. Se comunican por impulsos eléctricos a través de las RAÍCES, su tejido conectivo, compartiendo de forma solidaria todos los recursos disponibles. Cuando uno está enfermo, el resto le envían antibióticos, si esta seco comparten el agua, si le faltan nutrientes envían alimento. El bosque recoge sus restos y los integra de nuevo en las raíces para crear nueva vida. Esta analogía es idéntica para nosotros los humanos.
Desde los pies, que viven maltratados, encerrados en zapatos poco flexibles, con gruesas suelas o tacones altos, con los dedos deformados (callos, juanetes, tendones acortados) debido a nuestra forma de caminar y a las compensaciones inconscientes que el cuerpo hace para mantener su equilibrio físico, mental y emocional.
Pasando por las rodillas, que sufren la inestabilidad permanente proveniente de de los pies, que van desgastándolas irregularmente, dañando los tendones, cartílagos, meniscos, ligamentos, huesos…provocando dolor y rigidez.
Teniendo en cuenta las caderas, que pierden mucha de su movilidad debido a la gran cantidad de tiempo que pasamos sentados en sillas, asientos y sofás, reduciendo el tamaño y el tono muscular adecuado del suelo pélvico, afectando a nuestra movilidad general y a la eficacia de los procesos internos de la pelvis.
Y por último los glúteos, los músculos más grandes del cuerpo, que con motivo del desequilibrio que comienza en los pies, están faltos de tono, desconectados de una de sus funciones estructurales que es mantener la correcta postura erguida y servir de base estable a la columna vertebral y sus curvas naturales.
Las piernas, nuestras RAÍCES, están conectadas con multitud de aspectos fundamentales de nuestra vida interior:
El correcto alineamiento y equilibrio de la fascia de todas las estructuras que contienen tejido conectivo en las piernas (articulaciones, músculos, sistema nervioso, linfático, sanguíneo…), favorecen las citadas cualidades positivas en nuestro mundo interno, creando sensación de seguridad, fortaleza, una base solida sobre la que construir el resto de tu personalidad, los cimientos para cambiar-te, para evolucionar como ser humano hacia una vida más armónica, plena, saludable, feliz.
Pies. Dedos, almohadilla, tobillo, talón.
Rodillas, interior y exterior, anterior y posterior
Caderas, y la unión con la pelvis
Su aplicación permite recuperar la adecuada distribución de las tensiones fasciales y musculares, recolocando las articulaciones en su posición geométrica, eliminando dolores y molestias, creando una sensación de enraizamiento mental y emocional.
Si quieres cuestionar lo aprendido, reforzar lo valioso, eliminar lo inservible.
Si estás dispuesta a profundizar en la tierra en busca de una mayor conexión con la naturaleza, contigo, con todos, con todo…eres bienvenida a nuestra celebración.
Si te apetece descubrir todo esto y más… el Sábado 14 de Mayo tenemos un Seminario intensivo Bowspring con Iñigo Barona.